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Análisis de los comunistas sobre los resultados electorales en Chile: Las casusas de la derrota del apruebo, el escenario actual y los nuevos desafíos para la política revolucionaria

Los Comunistas tenemos un análisis de la realidad material basado en la dialéctica, en los cambios, flujos y reflujos que se dan en el desenvolvimiento de la lucha de clases. Usamos distintas tácticas en la lucha política, según el período que corresponde, con el objetivo de ir acumulando fuerzas populares, para dotar a la clase proletaria y sectores oprimidos de la conciencia de clase y organización partidaria, necesaria para que estén en condiciones de producir cambios importantes: la toma del poder político y la superación revolucionaria del capitalismo neoliberal en Chile, la instauración de una sociedad superior: El Socialismo.

El uso de todos los espacios de lucha nos obliga a actuar de acuerdo a la realidad, es por ello que participamos en la contienda electoral, por un período, como un espacio para dar a conocer nuestro proyecto de sociedad y las formas de organización necesarias, por ejemplo, a través de la acertada política del Apruebo sin ilusiones, que fue difundida ampliamente y salía al paso del entreguismo del gobierno neoliberal de Boric, el Frente Amplio, el P”C” y sus agentes del oficialismo, el bloque socialdemócrata administrador del sistema, que buscaban despojar el protagonismo de la movilización social en los cambios estructurales, para llevarlos a la cocina del parlamento, pactar con la derecha del Rechazo y así hacer fracasar todas las aspiraciones populares de una nueva constitución.

Nunca los comunistas usamos los espacios electorales como un fin, y por lo mismo, NO nos decepcionamos ante los resultados de las votaciones que se van dando en el marco del capitalismo, ya que es imposible obtener verdaderas victorias revolucionarias en favor de la clase proletaria, las capas populares y los pueblos de Chile, sino que, a lo más, conquistar pequeños espacios y reformas, que se dan en un corto plazo, pero que nos permiten luchar en mejores condiciones, como era el triunfo del Apruebo sin ilusiones y la continuidad de la lucha. NO somos ilusos, NO lloramos por derrotas ajenas, desde donde nos intentaron usar y atraer para ser parte de acuerdos y ACOMODOS, que sólo buscan desprestigiar a la verdadera alternativa de liberación y superación del sistema de explotación capitalista.

Debemos valorizar el trabajo incansable del Partido en las calles, en los actos, mitines, en las extensas jornadas de volanteo y propaganda, el gran acto de cierre de campaña para hacer conciencia en las masas populares de la importancia de un apruebo sin ilusiones, popular, macizo, organizativo, para poder golpear la mesa, no sólo a este gobierno entreguista, sino a la clase política y al parlamento reaccionario, además de aquellos que a última hora, de manera populista y oportunista tomaron postura con tibias declaraciones. Desde el primer día el Partido ha señalado que la lucha continúa después del plebiscito, que el cerco neoliberal debía ser corrido mucho más y que la movilización popular es el motor de los cambios sociales, señalábamos que los votos del Apruebo no se vendían ni eran abono para las conciliaciones de clase, ni cocinas neoliberales.

NO debemos descalificar a la clase proletaria, las capas populares y los pueblos de Chile por los resultados electorales, ya que comprendemos que las causas de la derrota del Apruebo están principalmente en las acciones del gobierno de Boric, el Frente Amplio, el P “C” y sus agentes del oficialismo. Estos resultados electorales y la captación del voto del rechazo en las capas populares, reclaman la necesidad que nuestro Partido Comunista Chileno (Acción Proletaria) sea mucho más fuerte, como vanguardia de la clase proletaria, que pueda conducir las luchas populares hacia el triunfo, que esté presente en todos los espacios de la dirección de la lucha popular, las grandes organizaciones sindicales y sociales, combatiendo el pensamiento pequeño burgués, liberal y liquidacionista en el seno del movimiento popular.

Nuestro Partido revolucionario, que tiene sus bases en las ideas científicas del marxismo leninismo, tiene la tarea obligatoria de que todo militante o pre militante debe prestigiar la organización revolucionaria a partir de nuestro trabajo celular permanente y en todos los frentes de masas, esto significa unir la ideología comunista con la práctica revolucionaria, unir la línea política del Partido con las tareas de planificación de trabajo de masas, para que se obtengan resultados concretos, se deben fijar objetivos y compromisos definidos, medibles y alcanzables, que permitan ir acumulando fuerzas, y a partir de ello, ir dando saltos de cantidad en calidad en las formas de lucha.

LOS AMARRES DE LA COCINA NEOLIBERAL DEL 15 DE NOVIEMBRE, SON EL ORIGEN DE LA DERROTA DEL APRUEBO

El levantamiento popular abrió un espacio para fortalecer la necesidad de una nueva constitución, mediante una verdadera asamblea constituyente, pero los mismos defensores del modelo rápidamente salieron a poner paños fríos, a desarticular el descontento popular y trataron de darle una salida institucional a todas las contradicciones sociales develadas con las manifestaciones y las históricas jornadas de protestas populares.

No bastó con los amarres neoliberales del 15N, se tenía que seguir desnaturalizando la opción de una nueva constitución, con convencionales que buscaron darse gustos personales antes de poner en el centro de la discusión elementos esenciales como la soberanía de los recursos naturales, una nueva matriz productiva y generación de valor agregado a las materias primas, para poder financiar las grandes demandas sociales, porque los enunciados y las buenas voluntades no fueron suficientes.

Desde un comienzo, Boric, el Frente Amplio, el P”C” y sus agentes del oficialismo, NO querían una gran votación y triunfo del Apruebo, ya que aquello los ponía en la posición de tener que cumplir las exigencias sociales y confrontar el modelo económico, que tanto buscaron cuidar en la redacción de una nueva constitución, así, desde estos sectores siempre se trabajó por un Apruebo minoritario, que no generara distanciamiento de una posición con la otra, casi por un empate técnico o ganar por poquito, para seguir sosteniendo la cocina neoliberal, pero el resultado fue todo lo contrario, el Apruebo terminó siendo totalmente deslegitimado ante los ojos de las masas populares y la movilización social y el protagonismo desplazado por los “nuevos acuerdos parlamentarios”.

Desde un inicio, por parte del bloque del gobierno, existió un conformismo con los resultados del apruebo de entrada, los más de 5 millones 886 mil votos, los llevó a pensar que era suficiente para ganar una próxima elección, pero los erráticos cálculos sumatorios y las medidas antipopulares, determinaron resultados totalmente opuestos, perdiéndose más de 1 millón de votos, bajando en un 20% el Apruebo. En cambio, el Rechazo, que en la entrada sacó 1 millón 634 mil votos, terminó capitalizando todos los errores del gobierno y las medidas de Boric, sumando más de 6 millones 245 mil votos. Sin duda el Rechazo acumuló gran parte del nuevo votante, creciendo en cerca de un 500%.

Se negó sistemáticamente la composición del nuevo electorado, producto de la introducción del voto obligatorio, por parte de un gobierno carente de medidas concretas para trabajar su comprensión política e histórica del plebiscito. Millones de masas populares que no votaban por el descontento, indiferencia, apatía y sin ninguna convicción en que las cosas fueran a mejorar, por el contrario, una cantidad importante de nuevos votantes totalmente despolitizadas, llenas de prejuicios, falta de ideología, negacionistas, pesimistas y con muy poca participación política, social y de movilización, terminaron siendo un terreno muy fértil para la campaña de mentiras del rechazo.

Así, el gobierno de Boric, el Frente Amplio, el P”C” y sus agentes del oficialismo partieron favoreciendo el Rechazo, al condicionar el cumplimiento del programa, por lo tanto su evaluación política, al triunfo del Apruebo, que luego de tomar medidas totalmente antipopulares, como la negación de los IFEs, negar los retiros de los fondos de pensiones, no atender las demandas urgentes del pueblo, como el desempleo, el narcotráfico y la delincuencia, acrecentaron el descontento popular; así, millones de nuevos electores entendieron que votando rechazo castigaban al gobierno antipopular de Boric, situación favorable para el conjunto de los sectores reaccionarios y de la oligarquía. Adicionalmente se promovió una reforma tributaria antes del plebiscito, que el gobierno jamás logró explicar y sumar voluntades, lo que género más combustible para el Rechazo que para el Apruebo. El llamado del cierre de las divisiones de CODELCO, afectando a un sector importante de trabajadores, hizo aumentar el descontento popular, más aún, cuando en paralelo ofrecía nuevos proyectos mineros a empresas canadienses, dilapidando la soberanía y la riqueza nacional.

Desde el bloque del gobierno se partió trabajando por el Rechazo, cuando desde las fuerzas oficialistas se llamó a desmovilizar todo el movimiento popular, cooptaron con trabajo a gran parte de los dirigentes sociales, anularon y aislaron a aquellos dirigentes que entendían la importancia de la movilización popular como un motor de cambios sociales, excluyeron a los dirigentes sociales críticos al gobierno, para alejarlos de las masas populares que necesitaban información, participación y organización. Así lo reflejó la CONFECH, el movimiento de los secundarios, la CUT (que en el acto del 1° de mayo, en vez de aprovechar el momento para levantar con fuerza las reivindicaciones de los derechos laborales y los avances en materia de negociación colectiva, fue cooptado y transformado en un acto de gobierno), entre otras acciones.

El gobierno, el Frente Amplio, el P”C” y sus agentes del oficialismo favorecieron y trabajaron para el Rechazo, cuando estas fuerzas reaccionarias de derecha, estando totalmente acorraladas y con falta de propuestas, junto a los desesperados neoliberales de la concertación, al ver que perderían parte de sus privilegios, como las cuotas de aguas o sus cargos Senatoriales, y viéndose obligados a recurrir a la infamia de pagar encuestas falsas, para dar por ganador al Rechazo, Boric termina afirmando que es viable un “Rechazo para reformar”, dando oxígeno y legitimidad a una opción que no tenía mayor coherencia, restándole legitimidad al Apruebo.

Desde el bloque del gobierno de Boric se trabajó para el Rechazo, cuando las fake news, las alarmas de las mentiras de la campaña del rechazo y las empresas financistas, comenzaron a cuestionar el texto, desde los prejuicios y sin fundamentos, el gobierno en vez de fortalecer el plebiscito y su resultado, realiza un llamado a una cocina chica para reformar el texto constitucional, firmando un acuerdo entre 4 paredes, que más que dar certezas o tranquilidad, fue sin duda abono para la campaña del terror de la derecha, que reforzaba la idea que la nueva constitución era mala y que la mejor opción era el rechazo.

A sabiendas de la multimillonaria campaña del Rechazo, que, a su vez, son los mismos que controlan las grandes cadenas de los medios privados de comunicación, siempre estuvieron presentes para difundir las descaradas mentiras, falsedades, la desinformación con frases vacías y sin ninguna propuesta real. Se utilizó el pesimismo como campaña: nada sirve, nadie sirve, se repetía en cada publicidad pagada en las redes sociales, que ante los “errores” conscientes del gobierno, el nuevo electorado sin mayor conciencia política, terminó por aceptar la publicidad engañosa, antes que leer y comprender el nuevo texto constitucional.

Las organizaciones y partidos representantes de la oligarquía y las clases dominantes, agrupadas en el Rechazo, enfrentaron unidas esta campaña del plebiscito de salida, muy distinto al plebiscito de entrada, donde muchos neoliberales del rechazo se camuflaron en la opción del Apruebo para presentarse como blancas palomas y ser electos constituyentes, para después poner trabas y jamás dar soluciones. Por otra parte, desde las organizaciones del Apruebo, por orden de las fuerzas del gobierno, existía menos coordinación y unidad en el plebiscito de salida, se hicieron gestos totalmente contradictorios al sentir del levantamiento popular: no se dio libertad a los presos políticos, no hubo justicia ni reparación de las víctimas de las violaciones de los DDHH, jamás se enjuició a Sebastián Piñera como responsable directo, se buscó incluir a «cadáveres» de la concertación y los defensores del modelo en las actividades y franja, como a los desprestigiados Lagos, Frei y Bachellet, que desnaturalizaron por completo la campaña del Apruebo.

Así, por todo lo descrito, la derrota de la opción del Apruebo no es casualidad, ni puede sorprender a nadie que haga un análisis serio de la situación política nacional, porque fueron muchos los sucesos que, desde el gobierno neoliberal de Boric, el Frente Amplio, el P “C” y sus agentes del oficialismo, dieron oxígeno a la opción del rechazo. Día a día, se fueron doblegando a las exigencias de una derecha que jamás ha sido dialogante, ni tolerante, ni mucho menos democrática con las demandas sociales, la clase proletaria y los pueblos oprimidos.

LA SITUACIÓN ACTUAL POSTERIOR A LOS RESULTADOS ELECTORALES

Los resultados vienen a confirmar el fracaso total de las acciones de la socialdemocracia reformista, por realizar cambios en la medida de lo posible, al modelo económico, político y social. Así mismo, generaron un escenario para el fortalecimiento de las posiciones más reaccionarias y fascistas, que hace un tiempo se arrastraban por las esquinas, pero que ahora le pasan la cuenta, buscan marcar la pauta, exigir renuncias urgentes de ministros y poner a aquellos con tendencias pro rechazo.

Esta derecha reaccionaria y moribunda hoy se autoproclama como gendarme de la democracia, la legalidad institucional, exige que los resultados del Rechazo sean una expresión de que Chile no quiere una nueva convención y una nueva constitución, pasando por encima de las mentiras del «rechazar para reformar». De ahora en adelante, intentarán llevar toda discusión política al parlamento, encerrarla entre 4 paredes, de espalda al pueblo, pero a los pies de las clases dominantes.

El gobierno neoliberal de Boric, el Frente Amplio, el P “C” y sus agentes del oficialismo se acabaron, en la forma como llegaron y como los conocimos, de tránsfugas de izquierda a verdaderos y descarados neoliberales, ahora se verán obligados convenientemente a dar paso a los “experimentados” de la concertación para dar continuidad al gobierno, los nuevos ministros se excusarán de realizar los cambios en la medida de lo posible, por no contar con los votos en el parlamento, de no poder lograr acuerdos con una derecha reaccionaria que hoy les golpea la mesa.

Se va a continuar con la política de la represión brutal y criminal de manera constante contra todos quienes se movilicen por las demandas sociales, a las comunidades mapuche, los montajes y la detención selectiva, para seguir desarticulando todo lo que tenga forma de oposición popular.

Como consecuencia de todo el trabajo por desarmar a los movimientos sociales, hoy el pueblo y los trabajadores de Chile no poseen un polo verdaderamente de izquierda, articulado con organizaciones de masas que puedan sostener un proyecto patriótico, popular y revolucionario, que tome todas las justas banderas reivindicativas y las ponga tras un objetivo de perspectiva socialista.

Nuestras fuerzas aún son insuficientes y no basta con proclamar tener la razón, nuestro partido ha jugado hasta ahora un papel destacado, sin sembrar ilusiones ni pasarse por encima de las condiciones de lucha del momento. Fue totalmente acertado el trabajo realizado con Unión Patriótica y el comando del Apruebo sin ilusiones y la lucha continúa, pero nuestra mayor autocrítica es precisamente que, a pesar de los muchos esfuerzos, no hemos podido consolidar una franja importante de oposición popular, dado la dispersión ideológica de las “fuerzas de izquierda”, la influencia del pensamiento pequeño burgués, el liberalismo y la falta de conciencia en gran parte de las masas populares.

Reafirmamos que la derrota del Apruebo no es la derrota de la izquierda, sino que es la derrota de la socialdemocracia, de aquellos sectores que se camuflan de izquierda, pero son funcionales al capitalismo, con una forma de hacer política bastante caudillista, mezquina y de acortar camino uniéndose al gobierno neoliberal de Boric, por lo mismo, es la derrota de quienes se alejaron de las banderas de la dignidad popular y la soberanía nacional.

EL CAMINO A SEGUIR

Desde las fuerzas del Partido y sus organizaciones aliadas, debemos construir un polo verdaderamente de izquierda, por lo tanto debemos llegar con propuestas, ideas  y enraizarnos en las  organizaciones de trabajadores en general, pobladores, estudiantes, campesinas, pueblos originarios, etc., para puedan comprender, asumir y sostener un proyecto patriótico, popular y revolucionario.  Debemos ganarnos el respeto de amplios sectores sociales, mediante el acostumbrado y consecuente trabajo. Enfrentar y desenmascarar aquellos partidos y dirigentes neoliberales que siguen trabajando por dividir a la clase proletaria y a los pueblos de Chile, para seguir asestándole derrotas para explotarlas y oprimirlas.

Es sabido que los neoliberales de la vieja derecha pinochetista y de la nueva derecha concertacionista se soban las manos y se preparan para no dar cabida a un nuevo proceso constitucional participativo, por el contrario, se buscará imponer la opción de una comisión de expertos, nombrada a dedo por ellos, excluyendo el protagonismo popular, que en la práctica será una nueva cocina, profundizando aun más el componente neoliberal de la economía como eje rector de la carta magna nacional.

Frente a esta nueva situación, es del todo necesario redoblar y levantar con todas las fuerzas populares la política correcta de una VERDADERA ASAMBLEA CONSTITUYENTE, promovida y sostenida desde el protagonismo popular, desde la movilización constante del pueblo, para que realmente esta sea un mecanismo de deliberación de la soberanía nacional y popular. Este es el único camino que puede llevarnos a la progresiva satisfacción de las muchas reivindicaciones que siguen pendientes, y que, incluso, el borrador constitucional votado en este plebiscito ignoró: La soberanía total y el uso estratégico de los recursos naturales y la industrialización nacional.

Los comunistas debemos de comprender que sólo un GOBIERNO PATRIÓTICO POPULAR asegurará que se pueda realizar un verdadero proceso de Asamblea Constituyente para una nueva Constitución, que ponga en el centro las demandas por una Patria nueva, que tenga como objetivo la superación del actual modelo económico y sus sostenedores.  Jamás se conquistará una nueva constitución bajo un gobierno neoliberal antipopular, cobardemente reformista y pro imperialista.

El camino es cada vez más claro y los desafíos son muchos, los comunistas agrupados en el Partido Comunista Chileno (Acción Proletaria) al realizar un análisis científico no nos puede llevar a la desmoralización y el desfallecimiento, típico de una pataleta del individualista que no resiste una prueba dura o un trago amargo, por el contrario reafirmamos nuestro compromiso que la clase proletaria debe toma del poder político, superar revolucionariamente del capitalismo neoliberal en Chile, la instauración de una sociedad superior: El Socialismo.

¡la lucha por la Refundación de Chile continúa y sigue más vigente que nunca!

Patria Nueva, Soberana, Popular y Socialista.
¡Asamblea Constituyente para una nueva constitución!

Secretariado Político del Comité Central del Partido Comunista Chileno (Acción Proletaria) PC(AP)

5 de septiembre, 2022