Este pasado 17 de Diciembre se realizó exitosamente el segundo encuentro de la Plataforma Antiimperialista Mundial, en Belgrado. Entre las más de 15 organizaciones y Partidos de todo el mundo, nuestro Partido Comunista Chileno (AcciónProletaria) PC(AP), se hizo presente. Además de decenas de ponencias y saludos hechas llegar por partidos y organizaciones antiimperialistas
Un gran logro en la unidad en contra del Imperialismo de EEUU y la Otan. ¡Viva la Lucha Antiimperialista!.
Ponencia PC(AP) [TEXTO]
Estimados camaradas,
En nombre de todo el Partido Comunista chileno (Acción Proletaria), del Comité Central y de nuestro primer secretario Eduardo Artés, ofrezco mis más sinceras felicitaciones por la celebración de esta importante conferencia internacional. Extiendo asimismo un agradecimiento a todas las organizaciones que han decidido concurrir, y especialmente a quienes han realizado grandes esfuerzos para organizar y convocar esta conferencia. En un momento en el que asistimos a una creciente agresión belicista por parte de los países organizados en la OTAN, encabezada por los Estados Unidos de América, contra cada vez más países, una agresión que amenaza con sumir a la humanidad en un conflicto militar internacional, esta actividad es de la máxima importancia.
Una crisis sistémica del modo de producción capitalista atraviesa a los países. La cesantía, la miseria y el hambre vuelven a aumentar, casi todas las economías del mundo comenzaron a contraerse más o menos simultáneamente desde 2019, en los bancos monopólicos se acumula un enorme excedente de capital ficticio que supera decenas de veces el capital real internacional, los sistemas de salud colapsaron en casi todos los países ante un virus cuya peligrosidad aún no es de las mayores, la energía comienza a escasear incluso en los países centrales, y detrás de todos estos y muchos otros problemas, los centros imperialistas planean una guerra para salvarse del colapso de su hegemonía internacional.
Las naciones imperialistas organizados en la OTAN vienen preparando una guerra contra Rusia y China al menos desde la balcanización de Yugoslavia.
En el presente la OTAN abrió un nuevo frente de agresión dirigido contra Rusia en Ucrania. Lo que ocurre hoy en Ucrania comenzó hace más de 30 años. Desde esa fecha, Rusia ha intentado que los países organizados en la OTAN comprendiesen que tiene intereses de seguridad en sus fronteras que deberían ser respetados. Todos los llamamientos de Rusia fueron ignorados por los miembros de la OTAN y desde 1991, es decir, desde la disolución del Tratado de Amistad, Cooperación y Asistencia Mutua de Varsovia, la infraestructura de ésta siguió extendiéndose hasta a las fronteras inmediatas de Rusia.
A la expansión del capital le sigue la expansión militar en la forma de la OTAN. En cinco oleadas de expansión, acompañadas de guerras de agresión contra Yugoslavia, Afganistán, Irak, Libia y (aunque de forma encubierta) Siria, etc., esta alianza bélica ha pasado de 16 a 30 Estados. En marzo de 2018, Ucrania recibió oficialmente el estatus de candidato. En noviembre de 2021, Estados Unidos firmó un nuevo acuerdo de cooperación militar con Ucrania. Esta evolución solo fue posible gracias al golpe de Estado de 2014 (también conocido como el Maidán) contra el ex presidente Víktor Yanukóvich. Desde el golpe de Estado, los países de la OTAN han apoyado a un régimen fascista, que ha cometido crímenes horrendos y que ha destruido cientos de memoriales soviéticos de la Segunda Guerra Mundial.
Los inicios del Maidan se sitúan en noviembre de 2013, después de que el entonces presidente Yanukóvich se negara a firmar un Acuerdo de Asociación entre Ucrania y la UE en septiembre de ese año. Tal acuerdo se presentó en la prensa occidental como un acuerdo económico. El Acuerdo de Asociación entre Ucrania y la UE, en el título II, artículo 4, punto 1, establece que se trata principalmente de «la convergencia en el ámbito de la política exterior y de defensa» y que el objetivo del «diálogo político es integrar cada vez más a Ucrania en el ámbito de la seguridad europea». Tras el violento derrocamiento del electo presidente Yanukóvich, el gobierno golpista de Yatsenyuk firmó la parte política del Acuerdo de Asociación ya el 21 de marzo de 2014 (que entró en vigor poco después, en noviembre de 2014). Sólo más tarde, en junio de 2014, se firmó la parte económica, que a su vez no entró en vigor hasta un año y medio después, el 1 de enero de 2016. Esto demuestra que la inserción política de Ucrania en la política de seguridad de Occidente tuvo prioridad sobre la integración económica y, por tanto, fue el centro del interés de Occidente en Ucrania.
El golpe de estado del Maidan de 2014, que solo pudo ser llevado a buen puerto por las fuerzas neofascistas, desencadenó una enorme resistencia en la sociedad ucraniana. En algunas regiones, como Donetsk y Lugansk, la población pudo armarse y defenderse de los grupos paramilitares neofascistas «Sector Derecho» y, más tarde, también del ejército regular ucraniano. En Kharkiv, esto no tuvo éxito y la resistencia fue brutalmente aplastada. Donde las protestas contra el gobierno golpista eran más pacíficas, terminaron en una masacre. En las regiones de Donetsk y Lugansk comenzó ese año una guerra que cobró, hasta el inicio de la “Operación Miliar Especial” unas 14.000 vidas.
La incursión de Rusia en Ucrania fue forzada por el occidente. En un artículo publicado por German-Foreign-Policy.com el 21 de febrero de 2022, es decir, antes de la operación militar especial de Rusia en Ucrania, puede leerse lo siguiente: «A juicio de la profesora de política de Nueva York, Nina Khrushcheva, la administración Biden tiene ‘un interés mucho mayor en una invasión que Putin’: si consigue incitar a Moscú a invadir, puede esperar derrocar al presidente Vladimir Putin».
En 2019 fue entrevistado Oleksiy Aerstovych, un asesor de Selenzki. La entrevistadora le consultó sí habría negociaciones de paz y acabaría la guerra en el este de Ucrania si el país integrase a la OTAN. Aerstovych negó rotundamente: «No hablaremos de ninguna fecha de finalización de la guerra. Todo lo contrario, lo más probable es que Rusia lance una operación militar a gran escala contra Ucrania porque tendrá que convertir todo aquí en un territorio devastado para que la OTAN sea reacia a aceptarnos. Deben hacer esto antes de que nos incorporemos a la OTAN para que no seamos interesantes para ella. Con una probabilidad del 99,9% nuestro precio por entrar en la OTAN es una gran guerra con Rusia. Y si no nos unimos a la OTAN, es la absorción por Rusia dentro de 10 a 12 años. Esta es la horquilla a la que nos enfrentamos ahora». A la pregunta de cuándo ocurriría todo esto, la respuesta del entrevistado fue: «Después del 20. 2021 a 2022 son los años más críticos».
La OTAN obligó a Rusia a incursionar en Ucrania. O bien Ucrania se convertiría en una nueva base militar de la OTAN justo en la frontera con Rusia y Rusia aceptaría el genocidio de la población rusoparlante, o bien haría caso al llamamiento de esa población que deseaba formar parte de la Federación de Rusia desde 2014, y prevendría la presencia de la OTAN directamente en la frontera con Rusia (lo que es especialmente arriesgado por los preparativos de guerra de la OTAN contra Rusia).
La historia de la OTAN ha demostrado que no opera en un solo frente y que es capaz de extender la guerra a prácticamente todas las latitudes de la tierra. Con unas 900 bases militares (oficialmente conocidas, la mayoría estadounidenses), es capaz de desestabilizar no sólo países sino regiones enteras.
Así, Estados Unidos y sus aliados están forzando a China a actuar militarmente en Taiwán, como hicieron con Rusia en Ucrania. Estados Unidos ha formado asociaciones que apuntan abiertamente a China, en particular la alianza AUCUS, que actualmente incluye a Australia, el Reino Unido y Estados Unidos. Estos países de latitudes lejanas se unen para contrarrestar la supuesta y creciente agresión marítima de China ante sus propias fronteras. ¿Qué tipo de seguridad nacional buscan los Estados Unidos y el Reino Unido a cientos de kilometre de distancia en el Mar de China Meridional?
El objetivo de la AUCUS no parece ser el proteger a las fronteras nacionales de sus estados miembros, sino contener a China económica y militarmente, probablemente forzar la separación de Taiwán y Hong Kong, y sin duda reposicionar a las naciones imperialistas (EEUU y Reino Unido) en la región.
En un momento de crecientes tensiones en la política de seguridad mundial, cabe suponer que la AUCUS se convertirá en una alianza militar similar a la OTAN, una especie de OTAN indo-pacífica o incluso formará parte, directa o indirectamente, de ella, con el objetivo de enfrentarse a la República Popular China (RPC). Por ejemplo, el pacto AUCUS permite a Australia construir submarinos de propulsión nuclear con tecnología suministrada por Estados Unidos. Ya se dice que Australia recibirá unos 18 submarinos nucleares de EE.UU. a finales de la década de 2030.
La alinaza Quad (EE.UU., Japón, Australia e India), la AUCUS y la emergente cooperación indo-pacífica, especialmente contra China, desencadenarán con toda probabilidad un gran conflicto en la región que puede convertirse fácilmente en un conflicto de carácter internacional.
Parecería que los días de intervención política, económica y militar contra países débiles y en gran medida indefensos han terminado y ha comenzado una nueva etapa en la que Estados Unidos desafía a naciones con un notable arsenal nuclear, poderosos ejércitos y un gran desarrollo tecnológico e industrial. El hecho de que EE.UU. se esté retirando rápidamente de sus teatros de guerra tradicionales como Afganistán, Irak y Siria (lo que aún no está claro) indica, en nuestra opinión, que Washington está buscando fortalecer su presencia económica y militar en la región del Indo-Pacífico. Esta región es la más dinámica de todas las vías marítimas internacionales del mundo. Y ha sido el campo tradicional de Estados Unidos durante décadas, con aliados como Japón, Corea del Sur y ahora India y Australia.
En la península de Corea, Estados Unidos está preparando al Sur para que se enfrente directamente a su hermana del Norte, la socialista República Popular Democrática de Corea. Oficialmente, Estados Unidos tiene 15 bases militares y más de 30.000 soldados en la Corea del Sur ocupada (extraoficialmente, tiene más de 70.000), un potencial militar más que suficiente no sólo para mantener el país ocupado, sino también para forzar una guerra aparentemente inminente contra el Norte e incluso suponer una amenaza para la seguridad nacional de China. Las fuerzas armadas de Corea del Sur están bajo el mando supremo de EEUU. Además de las tropas estadounidenses, tropas japonesas y australianas están actualmente estacionadas en la Corea del Sur para realizar ejercicios militares con el fin de simular una invasión de la RPDC socialista. Ante estos preparativos militares de una posible invasión de la RPDC, ésta ha respondido con absoluta legitimidad y determinación. Con un enorme esfuerzo, la RPDC ha librado una decidida lucha antiimperialista, ha superado todos los obstáculos para fortalecer el socialismo y ha logrado un notable desarrollo industrial y tecnológico, a pesar del más brutal asedio económico y político existente.
La OTAN no sólo se ha expandido hacia el este, hasta las fronteras de Rusia, sino también hacia el norte, integrando a Finlandia y Suecia en ella (cuyo estatus de miembros plenipotenciarios de la OTAN aún no ha sido ratificado) y está haciendo incursiones en América Latina y el Caribe. En 2017, Colombia, que comparte una frontera de más de 2.200 km con Venezuela, se convirtió en uno de los socios globales de la OTAN y en su primer socio latinoamericano. En la actualidad, la OTAN y Colombia cooperan con resultados más bien modestos en cuestiones de seguridad global como la ciberseguridad, el terrorismo, la corrupción, el mantenimiento de la Amazonia, en la seguridad marítima y además en el fortalecimiento de las fuerzas armadas colombianas.
Nuestra misma patria es actualmente un país calificado por lo OTAN como País No OTAN Nivel 1. En 2018 se comenzó a preparar la postulación de Chile para su incorporación al Sistema de Catalogación como País No OTAN Nivel 2. En octubre en el norte de Chile se llevó a cabo, bajo la normativa de la OTAN, el Ejercicio Aéreo Multinacional Combinado Salitre 2022, uno de los ejercicios militares más importantes y de mayor envergadura del Cono del Sur.
El país hegemónico por excelencia es EEUU y la concentración de su poder imperialista ha llegado a tal nivel que es capaz de subyugar a todos los demás países imperialistas. En la actualidad, los países hegemónicos de la UE no disponen de la facultad de actuar políticamente con independencia de los Estados Unidos. Sin embargo, en última instancia, forman parte de las fuerzas políticas del imperialismo. Los pueblos tendrán que levantarse contra la OTAN, porque todas las naciones imperialistas del mundo (aquellos países que disponen de capital financiero, que controlan la gran banca internacional y dominan prácticamente todas las vías de comercio) están organizadas en ella: EEUU, Reino Unido, Francia, Alemania y Japón (quizás podrían considerarse como países imperialistas a España, Canadá e Italia), y no saben hacer nada mejor que proteger los intereses del capital financiero de sus países, y en este sentido están dispuestos a sumir a toda la humanidad en una guerra sin precedentes históricos.
La intención de EE.UU. y de los demás países organizados en la OTAN parece manifiesta: borrar todos los vestigios del socialismo de la faz del mundo, ya sea en forma de legado como en Rusia o en forma de sociedad concretada como en la RPDC, China y Cuba. Especialmente la República Popular Democrática de Corea y Cuba han mantenido una lucha titánica contra el imperialismo estadounidense, en defensa del socialismo y que han sido un ejemplo para la el mundo. Pero la intención de destruir naciones también se dirige contra cualquier país que se esfuerce por lograr la independencia política del imperialismo de una u otra manera. Nicaragua y Venezuela han mantenido una lucha antiimperialista, por su soberanía nacional y por erguir un sistema social de acuerdo a su propia realidad y de acuerdo a las necesidades de sus pueblos. También Bolivia y México han avanzado en crecientes niveles de independencia política de los países hegemónicos del mundo. Siria ha logrado resistir a la agresión de la OTAN. E Irán confronta crecientes ataques desestabilizadores por parte del mundo occidental.
Desde 1945, ha habido una increíble historia de operaciones de Estados Unidos que han violado el derecho internacional, incluyendo intervenciones, golpes de estado y guerras instigadas en todo el mundo[1]. Ningún país, a excepción de Alemania, puede jactarse de tal nivel de agresividad contra los pueblos del mundo.
En un momento en que el imperialismo se dirige a un conflicto militar a gran escala, creemos que es necesario tomar partido:
- Por Rusia, porque si se destruye a Rusia, no sólo se destruye todo el pasado soviético, sino que se da más savia al capital imperialista.
- Por la socialista China porque es el país socialista más grande del mundo.
- Por la RPDC socialista, porque su existencia asegura la vitalidad y demuestra el carácter invencible del socialismo.
- Por Irán porque es un baluarte antiimperialista en la región.
- Por la socialista Cuba, por Nicaragua y Venezuela porque en América latina y el Caribe conforman también baluartes antiimperialistas
- Por Siria que ha dado una lucha titánica en contra de la OTAN y sus mercenarios fundamentalistas.
- Y en general por cualquier país o pueblo que se atreva a desafiar a las naciones imperialistas. Apoyamos la integración de las Repúblicas del Donbass con Rusia y su lucha contra el régimen ukrafascista, a Palestina por enfrentar al zionismo y a Jemen que enfrenta a un poderoso país lacayo de la OTAN.
Creemos que en este momento se está a favor o en contra de la OTAN y su criminal país rector, los Estados Unidos. En este sentido, creemos que no debe ser una limitación para apoyar y realizar trabajo político unitario que los países u organizaciones que se oponen al imperialismo no sean socialistas o populares. El criterio rector para construir una alianza con países y organizaciones de todas las latitudes debe ser la distinción entre quienes son imperialistas o les apoyan y quienes luchan por la paz y la soberanía nacional de los pueblos.
Pensamos que es imperioso formar un gran frente antiimperialista al que no sólo deben ser invitadas aquellas organizaciones políticas y países de carácter socialista, sino en general todas las fuerzas (desde las organizaciones políticas y sociales hasta los Estados) de orientación popular y patrióticos, que luchan por la liberación nacional, que buscan preservar su propia soberanía nacional y que, por su propia voluntad o porque la historia les ha impuesto hacerlo, dirigen una lucha antiimperialista, independientemente del modo de producción rector en el país o defendido por la organización. Queremos subrayar la necesidad de la unidad y de llevar a cabo movilizaciones permanentes en los diferentes países del mundo para elevar la conciencia de las masas sobre lo que significa el imperialismo y lo que significa derrotarlo o, si la guerra imperialista contra los pueblos del mundo llegara a ser inevitable, para que nuestros pueblos sean capaces de transformar esta guerra en una lucha por la soberanía nacional y el socialismo.
En nuestra opinión, esta alianza internacional no puede entenderse sin los dos países contra los que se dirige esencialmente la agresión de la OTAN: China y Rusia. Como dijo Fidel Castro:
“[…] Rusia y a China, los dos países llamados a encabezar un mundo nuevo que permitiría la supervivencia humana si el imperialismo no desata antes una criminal y exterminadora guerra.”
En nombre de el Partido Comunista chileno (Acción Proletaria), del Comité Central del partido y de nuestro primer secretario Eduardo Artés, reitero nuestras felicitaciones por la celebración de esta importante conferencia internacional y comprometo a nuestro partido al cumplimiento de los lineamientos aquí señalados.
[1] China en 1945, Italia en 1947, Grecia en 1947, Filipinas a finales de la década de 1940, Corea en 1945, Albania en 1949, Alemania en la década de 1950, Irán en 1953, Guatemala en 1953, Costa Rica a mediados de la década de 1950, Siria en 1956 y de nuevo a partir de 2011, Indonesia en 1957, Guayana Británica en 1953, Italia en la década de 1950, Vietnam a partir de la década de 1950, Camboya a partir de 1955, Laos a partir de 1957, Haití a partir de 1959, luego a partir de mediados de la década de 1980 y de nuevo en 2017, Cuba a partir de 1959. Luego a partir de los años 60 Guatemala, Argelia, Ecuador, el Congo, Brasil, Perú, República Dominicana, Indonesia, Ghana, Uruguay, Chile, Grecia, Bolivia, Guatemala. A continuación, Panamá 1969, Costa Rica a partir de la década de 1970, Irak 1972 y 1990, Australia 1973, Angola 1975, Jamaica 1976, Nicaragua 1978, Seychelles 1979, Granada 1979, Afganistán a partir de 1979, Marruecos 1983, Libia 1981 y 2011, Surinam 1982, Bulgaria 1990, Albania 1991, El Salvador a partir de la década de 1980, Yugoslavia 1990 y Ucrania a partir de 2014. Y tantas otras acciones.
Declaración de Belgrado: La marea creciente de la guerra global y las tareas de la lucha antiimperialista
Nos encontramos en un momento de grave peligro para los trabajadores y los pueblos oprimidos de todo el mundo, en el que el impulso imperialista nos está empujando hacia una tercera guerra mundial y hacia una conflagración nuclear.
Incluso cuando la agresión de la OTAN en Ucrania está fracasando tanto militar como económicamente, la desesperación de EE.UU. por salvar su posición hegemónica en el mundo implica que no puede retroceder, sino que debe buscar maneras de expandir y prolongar la guerra. En consideración de toda la experiencia, parece que los imperialistas todavía esperan poder encontrar una manera de sobreponerse a toda resistencia a su dominio y salir victoriosos.
Como resultado, nos enfrentamos a la posibilidad de que la guerra de Ucrania se extienda a los países vecinos de Europa y Asia central y también al estallido de hostilidades en varios otros escenarios más al este. Las recientes provocaciones estadounidenses en Taiwán, junto con el incesante aumento de tensiones contra la RPDC y China en todos los frentes, demuestran lo señalado.
En toda Europa del Este, los trabajadores están siendo alimentados con falsedades históricas, con mentiras anticomunistas y rusofóbicas, y con veneno nacionalista para prepararlos a participar en la próxima ronda de “fuerzas de representación” si llegasen a agotarse las capacidades de Ucrania.
Aquí en la antigua Yugoslavia, la gente se enfrenta al ejemplo más flagrante del impulso destructivo del imperialismo por dominar la región: la ocupación de la provincia serbia de Kosovo por parte de la OTAN. Desde la sangrienta guerra de destrucción contra Yugoslavia en 1999, Kosovo ha sido un hervidero de problemas, donde florecen el crimen y el tráfico de drogas, bajo el dominio total de Camp Bondsteel, la base militar estadounidense más grande fuera de los EE.UU.
El conflicto en Kosovo se está avivando sin cesar, creando el potencial para estallar en cualquier momento. Mientras tanto, las autoridades títeres de la llamada “República de Kosovo” continúan aterrorizando a la restante población serbia en el territorio bajo su administración.
En este momento de trascendencia histórica, nosotros, los partidos abajo firmantes, acordamos que los siguientes puntos esenciales deben ser aclarados a las masas del mundo, y deben guiar nuestro trabajo contra la guerra y contra el imperialismo:
1. Que los conflictos que ya han estallado o están amenazando con estallar no son asuntos aislados y locales, sino que son partes integrales del impulso de EE.UU. por mantener su hegemonía global.
2. Que la guerra actual en Ucrania no es el resultado de la “agresión rusa” sino del impulso bélico imperialista occidental, en particular, el impulso bélico de los EE.UU.
3. Que la guerra realmente comenzó cuando EE.UU. y sus aliados financiaron, armaron y organizaron un golpe fascista en Kiev en 2014, y que la parte rusa, en su alianza con los pueblos del Donbass, está inmersa en una guerra de autodefensa y liberación nacional contra el ataque imperialista.
4. Que los impulsos bélicos contra China y la RPDC son también el resultado de la agresión imperialista, y que, sin importar quién dispare, si estallan los conflictos amenazados en Corea o Taiwán, esas guerras serán igualmente guerras antiimperialista, de autodefensa y de liberación nacional emprendida por el pueblo coreano y/o chino.
5. Que la capacidad de Rusia y China para defenderse a sí mismos y a otros no indica ambiciones expansionistas o una economía de carácter imperialista: se basa en décadas de planificación para la autodefensa, iniciada por los gobiernos socialistas de la URSS y la República Popular China.
6. Que no hay datos económicos que justifiquen caracterizar a China o a Rusia como imperialistas. Estos son países que no viven de la sobreexplotación o el saqueo del mundo. No someten a otros países a una esclavitud militar, tecnológica o de endeudamiento. Por el contrario, los términos de intercambio beneficiosos y la asistencia tecnológica y militar que ofrecen brindan a los países con un desarrollo más reducido la oportunidad de emanciparse de la esclavitud imperialista.
7. Que Rusia y China son los objetivos de la agresión imperialista porque tanto al mantener su propia independencia como al ayudar a otras naciones a obtener la suya, representan una seria amenaza a la hegemonía mundial de los imperialistas.
8. Que la creciente alianza entre Rusia y China ofrece esperanza a los pueblos del mundo: esperanza de una alternativa a la dominación estadounidense y a la superexplotación imperialista. Un fuerte campo antiimperialista es la mejor defensa de nuestros pueblos contra los planes agresivos de la sanguinaria alianza de la OTAN, nuestra mejor defensa contra la amenaza inminente de una guerra nuclear.
9. Que un activista contra la guerra debe movilizar a las masas en sus países para una campaña de no cooperación con los afanes bélicos imperialistas, y para el sabotaje de la maquinaria de guerra de la OTAN en todas sus formas posibles. Debemos negarnos a luchar o ayudar a los ejércitos de OTAN (sean estos directos o por delegación). Debemos negarnos a transportar hombres y material de la OTAN. Debemos negarnos a permitir que las bases de la OTAN operen sin restricciones en nuestros territorios. Debemos negarnos a fabricar o suministrar los armamentos y otros equipos vitales de la OTAN. Debemos negarnos a transmitir, imprimir odistribuir mentiras de propaganda imperialista; y negarnos a cooperar con el comercio imperialista y la guerra de sanciones.
10. Que la aceleración de la guerra, la crisis económica, la crisis del hambre, la crisis ambiental y otras crisis, dejan muy claro que la necesidad de eliminar el sistema económico imperialista es más urgente que nunca.
11. Que las consignas de los verdaderos antiimperialistas en este tiempo deben ser: ¡Derrota de la alianza imperialista encabezada por la OTAN! ¡Victoria a la resistencia! ¡Ninguna cooperación con la guerra imperialista!